viernes, 21 de diciembre de 2012

REPORTE 4: ROYAL NATIONAL PARK (21/12/2012)

Cuando se trata de contar historias como el viaje que acabamos de hacer se  requieren al menos dos condiciones:
1. Que el narrador sea capaz de transmitir su aventura, pero sin perderse en el laberinto del detalle
2. Que el receptor cuente con tiempo y ganas de viajar.
Con respecto al primer punto, haremos nuestro mejor intento, pero créanme que no será fácil.

Day 1
Día Lunes nos bajamos en Otford Station, la ladera sur del Royal National Park con el objetivo de alcanzar la punta norte para el Miércoles, una caminata de 30 km con ascenso de 1500 mt. Nada mal para nuestro primer trekking. La caminata comenzaba en un bosque de eucaliptus y palmeras, de vegetación muy tupida. Sabiendo de la cantidad de bichos que hay en Australia se imaginarán que cruzar esta huella era toda una aventura. Tal como nos habían dicho, íbamos pisando fuerte para espantar a las víboras, y ante cada rama u hoja que se moviera aparecía Tarzan: Cuidado Jose!! Bo, sorry, era solo una hoja…Sacando cuentas alegres, salimos victoriosos, y si, tuvimos nuestro primer encuentro con la fauna local: una iguana.
Tanta aventura requería una parada, y que mejor que en Burning Palms (Palmeras Ardientes..jaja) una playa de arena blanca, agua cristalina y el bosque como telón de fondo. Abrimos el cocaví y llenamos estanque con un delicioso sándwich de pepinillo, mayo, zanahoria y atún con limón y pimienta.
Habrán sido unas 5 horas de caminata hasta que llegamos a nuestra primera parada: North Era. Decíamos que era cómo llegar al paraíso, una playa completamente para nosotros (en realidad hasta ahora el parque había sido sólo para nosotros), con rocas hechas a pincel (amigos panas, vimos animales petrificados…jaja). Así fue que nos olvidamos que veníamos de la ciudad, nos tomamos un baño en pozones naturales mientras la tarde se alargaba un poco más de lo previsto para darnos la bienvenida.   Sé que no debemos perdernos en detalles, pero con este vale la pena tomar el riesgo. Mientras caminábamos por el bosque y pensábamos en que comer (no mochas opciones cuando se trata de trekking) encontramos un refugio, y en ese refugio encontramos un regalo. No lo podíamos creer, pero ante nosotros nos saludaba un paquete de doritos cerrado (de queso, mi favorito), una salsa doritos para acompañar (médium), mucho bloqueador solar, una havaianas (que no tenía), off spray (para los mosquitos) y aceite spray (habíamos también traído papas para cocinarlas en las parrillas que tiene el parque). Efectivamente era el paraíso.
Nos fuimos a dormir, mientras escuchábamos a los siervos pastar alrededor de nuestra carpa.

Day 2
Antes de partir, queríamos recorrer un poco sin mochilas. Así fue que nos dirigimos a Garie Beach para seguir bañándonos en el mar. Ahora también, luego del regalo, nos bañábamos en protector solar.
Estábamos listos para partir, de modo que Josefina la excursionista sacó su mapa, llevó su mano como visera a la frente y luego de unos murmullos me dijo: Cristóbal, ¿Estás listo? Tarzan estaba preparado.
El destino era Wattamolla y la caminata partía con un sendero muy difícil y un calor del demonio, un verdadero camino a la redención luego de tanta gula la noche anterior. Así fue como se convirtió en el trayecto con más paradas, y vaya que valía la pena parar en cada una de ellas. Cascadas de agua dulce que te caían en la cabeza como energía pura. No podíamos más de la felicidad, se estaba convirtiendo nuevamente en un viaje místico, aunque extrañábamos a esos amigos de viajes surreales.
4:30 ya estábamos en Wattamolla: laguna, playa, parrillas para hacer las papitas doradas (con el aceite). Me habré bañado unas 4 veces en la laguna hasta que se hizo de noche, nadando mientras los peces saltaban a mi lado y disfrutando del profundo sonido de las aves cada vez que se oscurece. Obviamente que el baño nocturno fue en pelotas.
Las papas doradas estuvieron exquisitas, y con la Jose como chef no se esperaba menos: fueron condimentadas con atun thai, choclitos y la salsa de doritos (médium).

Day 3
Hoy debíamos alcanzar la parte norte del parque: Bonni Vale, así que nos alistamos para una larga caminata. Tomamos nuestro desayuno diario (avena + leche chocolatada) y nos colgamos las mochilas al hombro. La intención era cabalgar, no detenernos, pero cuando vimos Grecia no nos pudimos resistir. Va la foto adjunta: figurábamos en una roca blanca suspendida en la montaña con un mar azul infinitamente cursi como horizonte.  Así que decidimos quedarnos para comer nuestro almuerzo “ración del día”: platano chips con algo de pasas, agua de canilla para acompañar y un delicioso snickers o mars como plato de fondo.
Seguimos caminando, nos encontramos un puerco espín (o cuerpo espín como yo lo conocía..jaja). Definitivamente estábamos muy casados. Y no sé si habrá sido producto del cansancio pero llegamos a la ciudad. Algo muy surreal. Para llegar a Bonnie Vale teníamos que salir del parque y caminar por las calles de Bundeena, un sector de casas lujosas, autos exclusivos pero sin ningún alma en las calles. Era, como tenía que ser, una ciudad fantasma entre medio del paraíso.
Volvimos al parque, llegamos a Bonnie Vale. Establecimos campamento, salimos a caminar, comimos unos porotos enlatados exquisitos y antes de irnos a dormir dejamos todo listo para lo que se nos había anunciado: Una Tormenta. ¿Qué hicimos? 1. Metimos todo dentro de la mochila con forro contra lluvia. 2. Analizamos el terreno circundante, captamos donde estaban los charcos y donde evacuar. 3. El techo más cercano estaba identificado, o en otras palabras, sabíamos cuanto nos tomaría escapar de la lluvia desde la carpa al refugio. 4. Todo listo, sólo teníamos que dormir. Y no podíamos dormir. Y la tormenta no llegaba…Fin de la historia: no hubo tormenta. Pudimos dormir.
Amanecimos con un excelente día para ir a caminar.

Day 4
Tomamos desayuno en compañía de unos loros gritones y gigantes. Interesada  era su presencia, querían de nuestra avena y leche chocolatada, aunque éramos la mesa más fome del camping si de comida se trataba.
Nos fuimos a Jibbon Beach a pasar el día, aunque estaba nublado y soplaba el viento, pero como obra de magia llegamos a Brasil. Alguien abrió el cielo, salió el sol y la playa era simplemente Brasil. Tomamos sol, nos bañamos al menos 4 veces, tomamos sol, almorzamos lo que nos quedaba de plátano chips y se nos ocurrió ir por un café.
No sé si será mera coincidencia, pero siempre que estamos terminando nuestros viajes vamos por un café y una que otra cosita para masajear la muela.  Era el café más rico y dulce que nos tomábamos juntos.
De vuelta al campamento, luego de una rica ducha con agua caliente y bálsamo, estábamos listos para cocinar, porque como dice el refrán: guatita llena, corazón contento.
Y así nos disponíamos para pasar nuestra última noche, la cuarta que parecía la cuarenta. Y no se si habrá sido por nuestro subconciente que seguía esperando la tormenta, pero sin decir palabra alguna tuvimos turno de relojero: la Jose se desveló de 21:00 a 2:00 y quien les habla de 2:30 a 5:00. De ahí en adelante tuvimos un concierto de pájaros anunciando el amanecer y el fin de nuestro viaje.
De 1 a 10: un 10!
PD: Para ver más fotos ir al facebook:
https://www.facebook.com/media/set/?set=a.10151302368633960.494526.500383959&type=1











jueves, 20 de diciembre de 2012

REPORTE 3 (11/12/12)


Buenos días Santiago,

Aquí ya oscureció, y otro día terminó. Cada día el instinto se afina, se consolida el idioma, se madura el comportamiento, se crece sin querer crecer,  con curiosidad.
El trabajo nos sigue dejando bastante tiempo libre para viajar y para conocer desde adentro la dinámica del “evento social”. Hemos ido a unos lugares increíbles, eventos donde la gente llega a pagar US1000 para bailar, tomar y probablemente hacer negocios. A modo de anécdota, el viernes atendimos un cocktail en Taronga Zoo, con decoración amazónica, con animales en la fiesta (culebras, tortugas, iguanas, animales exóticos)...Entrada la noche, hombres y mujeres ya no eran más hombres y mujeres: monos y monas colgaban de los árboles o reposaban en el piso.
Es un trabajo bien dinámico por lo demás. El sábado (después de esta “fiesta amazónica”) trabajamos en el estadio para un partido de cricket como RSA Marshall. ¿RSA Marshal? ¿Un partido de que!? Vamos por parte…RSA Marshall en chileno es ser paco. Escuchó bien: éramos los encargados de vigilar cada uno un bar en el estadio para hacer cumplir las leyes australianas sobre alcoholes. ¿Y cuáles son esas leyes?  Por ejemplo, que ningún menor de 18 ingrese a la línea donde se compra, así que si parecía de 25 o menor debíamos preguntar por ID.  Si alguien estaba a pata pelada, para afuera! Si alguien estaba con anteojos de sol, para afuera! Si alguien estaba con niños, para afuera!! Si alguien entraba tomando algo al ingresar al bar, para afuera! O sea, un paco de mier...!! Jajaja. Consecuencia: dolor de cabeza hasta el día siguiente. Que peor que paquear por ciertas cosas que llegan al extremo de lo ridículo (y que ni siquiera comentaré en este e-mail). Pero no todo es tan malo, la cuestión es divertida, es fácil decirte: Dale Cristóbal, métete en el personaje. Al final figurábamos con radio, polera imponente y toda la parada del secutity guy.  Había que tomárselo con humor. 
Lo otro entretenido es esto del Cricket, el deporte más fome de la historia. Es, para que se hagan una idea, como el béisbol que jugaban los ingleses en el siglo pasado. Una lata, pero la cuestión aquí pega con todo. Estadio medianamente lleno, con porristas, con cánticos, con FUEGOS ARTIFICIALES, o sea, un espectáculo! Así que así con el Cricket…
Esta semana trabajaremos más días: de Jueves a Domingo, y entre los eventos que se vienen está el concierto de Jennifer Lopez o J-Lo para los fanáticos…Uf, cuando nos toque un grupo bueno renuncio y me voy a carretear!
Aparte del trabajo, contarles que la próxima semana nos iremos al Royal National Park. Nos iremos a hacer un trekking de unos 3 o 4 días, con carpa, lejos de la ciudad, uf, si se, la raja la cuestión. Parece que es un parque precioso, es de fácil acceso (1 hora en tren desde Sydney), parece que hay aves increíbles, caminatas tremendas, una naturaleza imponente. Será como nuestro regalo de Navidad, para conectarnos con la tierra, para tomar decisiones y seguir construyendo esta mágica experiencia. Les reportaremos de aquello, con cariño y alegría.
Un abrazo muy grande a todos!












REPORTE 2 (4/12/12)


Jose, hagamos lo siguiente: Yo escribo una parte del relato y tu otra. Así alternamos la pluma y le damos más dinamismo a esta historia ¿Te parece?
- Dale, bakan, respondió Josefina tendida en la cama mientras leía If on a Winter`s night a traveller, de Italo Calvino.

Parte I: Jose
Siguiendo la aún reciente tradición de mandar un reporte  periódico con nuestra actividad, les cuento un poco en qué ha consistido esta semana. En primer lugar decirles que ya comenzamos nuestro trabajo con dos eventos en Sydney Town Hall (un edificio victoriano muy bonito). Ahí estuvimos alimentando y emborrachando a los jolgoriosos invitados (acá con un par de cervezas ya están del otro lado… jaja). Es un trabajo pesado pero muy entretenido, donde se conoce a mucha gente y además es muy dinámico. Ha sido una buena experiencia hasta ahora, y por lo menos ya tenemos asegurado trabajo para este mes y hasta en “new years eve”, que estaremos trabajando en un lugar frente al Opera House y al Harbour Bridge, con toda la vista a los fuegos artificiales!
Pero este trabajo es sólo los fines de semana (o tres veces a la semana). Los otros días nos hemos dedicado a pasear. Aquí hacen ferias de fruta y verduras/ropa usada/comida/artesanías/etc… los sábados y domingos (los domingos justo cruzando la calle frente a nuestra casa!). Aprovechamos de ir a los Botanic Gardens, que son unos jardines muy grandes, con una vegetación increíble y todo tipo de plantas y flores. Por otro lado, nos lucimos con nuestra gastronomía chilena e hicimos empanadas de pino, que fueron todo un éxito (los australianos las compararon con los “Meat Pies” que tienen ellos).
Y ayer fuimos al Sydney Aquarium. Muchos de ustedes ya habrán visto las fotos en facebook. Increible!. Y luego paseamos por el ChinaTown y la ciudad.
Bueno querida familia y amigos, los dejamos para irnos a la playa de Bronte porque hoy es un día soleado, y hay que aprovechar antes de que vengan las nubes (que puede pasar en cualquier momento).
Un abrazo muy grande a cada uno de ustedes. Les dejamos un link al final para que puedan ver el recorrido de la casa donde vivimos.

Parte II: Cristóbal
El otro día, leyendo un correo de Max Ortuzar (compañero de comunidad jesuita) me quedé pensando en Australia, y en la experiencia del inmigrante. Me han dicho, decía él, que los animales de Australia no tienen parentesco alguno con los animales del oriente y occidente. Es un continente tan alejado del resto de la tierra, que sus seres vivos tuvieron que ingeniárselas para sobrevivir. De ahí su particularidad. Lo otro interesante, continuó, es que en algún momento sus inmigrantes fueron los marginados del mundo y que en algún minuto, quien sabe cuándo y porqué, se transformaron en una suerte de paradigma de lo “cool” y el “style”.
Es cierto, Australia –o al menos Sydney- es distinta. Los atardeceres por ejemplo, son de un color rojizo opaco que se intensifica en la medida que sostienes la mirada. Es un rojo que no conocía, y un cielo que no sostiene a las montañas de Santiago.
Los atardeceres son el momento en que me doy cuenta de toda la distancia recorrida. Es un silencio en la guata que denota nostalgia y al mismo tiempo es un suspiro, una sensación ambivalente que termina en la certeza del viajero que creyó en su aventura. Por mucho tiempo salir de casa fue una idea estomacal. ¿Cuán callado mantenemos al estómago en nuestras decisiones? Y sin embargo, ¡Cuan sabio y buen amigo que es!
Como el nadador que no toca fondo y que tampoco ve la superficie, con Josefina sólo sabíamos que teníamos que nadar, y hoy, comenzando a asomar la cabeza, nos encontramos con una flora inmaculada y una fauna alucinante, con una ciudad que nos ha acogido sin pedirnos nada a cambio, una ciudad en la que han llegado probablemente muchos nadadores. Sydney es una ciudad de inmigrantes.
Hoy le comentaba a Josefina que esta vez no extraño con lamento, con sufrimiento. Unos le podrán atribuir esa condición a la tecnología, a ese puente cibernético que traspasa las barreras del territorio. Pero claro, no es la tecnología, ella no determina en lo más mínimo mi ser y mi estar. Me basta con mirar un atardecer para darme cuenta que esto es un tremendo regalo. Y si el lamento de la ausencia se colara, aprieto la mano de Josefina para sentir todas sus presencias y sentir su comunidad. Con ella, Josefina y yo estamos formando nuestra familia.
Los extrañamos mucho, pero con tremenda alegría.   
PD: Aquí va el link del recorrido de la casa donde vivimos! https://vimeo.com/54815178






REPORTE 1 (25/11/2012)


En tiempo cronológico hemos recorrido un poco más de una semana. Si además consideran las 14 horas de adelanto la carrera sería todavía un poco más larga. Pero decir "una semana" o "más de una semana" sigue siendo una expresión mediocre para referirse al tiempo vivido en Australia. 
Han sido días muy intensos, con el instinto y la atención de un niño al que todo le sorprende, y que a ratos debe hacer señas para comunicarse y conseguir su objetivo en el lenguaje.
Lo primero fue respirar un poco esta ciudad. Salimos con Andrea a recorrer Sydney, a entender un poco su funcionamiento y comprender lo bien que hace salir de casa. Lección número 1: la calidad de vida comienza y termina en la confianza como valor y la igualdad como condición material. Sydney ha sido hasta ahora muestra de eso, metiendo en la licuadora la diversidad y la abundante interculturalidad que aquí acontece.
Aunque sigamos sorprendiéndonos de esta ciudad, el objetivo era establecerse, sobrevivir, considerando además el alto costo de vida en Sydney (2da ciudad más cara luego de Tokio, tengo entendido). De modo que nos adentrábamos a la búsqueda de trabajo. Y aunque no lo parezca, fue una empresa fácil de emprender. Con el carisma latino y la belleza de Josefina fuimos a una entrevista para trabajar en banquetería, nos preguntaron algunas cosas, llenamos formularios y quedamos en  ir a un día de entrenamiento este miércoles. Claro, antes de comenzar el trabajo tenemos que pasar por eso, teníamos que hacer un curso de manipulación de alcohol (RSA) obligatorio para este tipo de oficios, en fin, todo eso viene esta semana. Sin embargo, sin tener nada en el bolsillo, ni capacitación, ni RSA, ya nos han pedido que trabajemos este viernes y sábado en el Sydney Town Hall. La raja, no? Lo bueno de este trabajo: 
1. Como es banquetería en eventos, se trabaja en lugares increibles: museos, zoológicos, opera house, sydney town hall, festival de sydney, conciertos, etc. O sea, ideal para unos viajero como nosotros. 
2. La paga es buena en comparación a otros trabajos, y se trabaja en la tarde-noche. Esperamos poder vivir con el salario de 1 y ahorrar el otro para poder viajar,  pero eso hay que verlo todavía. Conseguir otro trabajo puede ser una opción. 
3. Tenemos experiencia en banquetería, y nos encanta.
Hasta ahí habíamos pasado solo 2 noches en Sydney, pero faltaba algo, lo más importante:; encontrar una pieza donde vivir. Primero, antes de buscar, decidimos vivir en el Inner West: los suburbios de los café, los teatros, de la vida más cultural. Además, es una zona muy bien ubicada: a 30 minutos de las playas, un poco menos del centro ("La Cty"), en definitiva una zona muy bien ubicada. 
Comenzamos la búsqueda con entusiasmo, pero a medida que pasaban los días conocíamos el inframundo de Sydney. Corredores un poco sospechosos, piezas de mala muerte, precios disparados. Que no visitamos: piezas con olores insoportables, casas al estilo trainspotting, barrios ocupados por corredores truchos, en fin, la desesperación reinaba pues quedaban pocos días en casa de Andrea y teníamos que salir...
Pero las historias que cuento, parten desde el optimismo y la entrega en Dios. Y si les escribimos, es porque de alguna manera hemos sido testigos de que no estamos solos en esto. Ayer domingo, luego que Andrea conversara con sus housemates sobre nuestra situación, nos propusieron arrendar la pieza de visita donde nos hemos estado quedando (les caímos muy bien, y ellos a nosotros también) y luego pasarnos a la pieza de Andrea cuando vaya a Chile para las fiestas de fin de año. Un verdadero regalo en el hoyo que estábamos metido, en la marginalidad de una ciudad tan grande como esta.
Ahora haremos un poco de aseo, iremos al supermercado a comprar alimentos para la semana, nos tomaremos un café por ahí, quien sabe si vamos un ratito a la playa, yo seguiré leyendo "The map and the territory" (M. Houellebecq, el primer libro que he comprado), pensaremos en ustedes, los dibujaremos con imaginación, daremos gracias por todos estos regalos, brindaremos con nuestros nuevos amigos en la casa y seguiremos viviendo día a día esta tremenda aventura que hemos emprendido con la ayuda de todos ustedes.
Los queremos mucho,
Josie & Cristof (our new names!)