miércoles, 6 de marzo de 2013

Reporte 8: Marzo, 2013.


Miercoles 6 de marzo, 2013
Koonyum Range Retreat
Mullumbimby, NSW

Mullumbimby es un nombre extraño, entre trabalenguas y dialecto, de sonidos contrapuestos, un claroscuro: mullum-bimby. Es como lo sagrado, algo que fascina y repele simultáneamente, me asusta pero me gusta como canta la cumbia. Todo eso es este lugar, un bosque tropical que nos ha recibido en su temporada mojada, debiendo lidiar con tormentas, lluvias paralizantes y semanas bajo el abismo, pues aquí, arriba de la montaña donde vivimos, a veces puedes terminar habitando en la espesa compañía de nubarrones estancados o bien, amanecer con un sol encandilante que se filtra entre medio del bosque para presenciar -disfrutar, contemplar- en silencio el maravilloso lugar en el que hemos decidido echar raíces.
Mullumbimby es perfecto, casi casi perfecto, “here is where the real thing is happening” como diría nuestro amigo Miki, un pueblo hippie, de gente amable, sana, auténtica, que escucha y se hace escuchar. Es “The biggest Little town in Australia” por ser el primer pueblo en generar su propia energía, con una fuerte conciencia por los productos locales, preocupándose que las grandes empresas introducidas no terminen afectando al ecosistema, tal como sucede aquí con las ranas introducidas, los árboles introducidos y todo lo que no forme parte de la armonía que la naturaleza de los lugares otorga. Aquí hay orgullo y preferencia por lo local, y si es orgánico y sustentable, tanto mejor.
En un plano particular, Mullumbimby además representa para nosotros un futuro, la certeza de que nuestra vida debe seguir desarrollándose en compañía de la naturaleza. A ratos se nos olvida estar en Australia, porque hay algo del sur chileno que nos acompaña a todas partes. Pero seamos francos, esto es un paraíso, tenemos un trabajo que nos gusta, vivimos en un bosque encantado, miramos todo desde la montaña, y no por ello perdemos los beneficios que tiene toda ciudad. Mullumbimby es también cafes, canchas de tenis -públicas, buenísimas y gratis-, sesiones de música, bibliotecas high tech, mercados, festivales de cine, pizzerías italianas, bares y mucha onda, buena onda. A 10 minutos tenemos playas para elegir, parques nacionales para elegir, paradas para contemplar. Estar acá representa para nosotros el premio de haber buscado un lugar así, aunque nunca creyéramos que existiera algo tan hecho a la medida.
Ya, no les quito más tiempo, ahora Josefina tiene mucho que compartir. Pausa ideal para ir por un café y continuar leyendo el diario: Con mochila al hombro.

Ha pasado un mes desde que escribiéramos nuestro último reporte, y lo hacemos desde la que ahora es nuestra casa y trabajo, arriba de la montaña, con la alegría de estar teniendo esta oportunidad de crecer y aprender, y al mismo tiempo compartiendo el maravilloso viaje que acaba de emprender el Papo y la Belén en su casa rodante. Es que empatizar con estos aventureros es algo que surge desde la guata, algo que nace espontáneamente.
Lo primero es contarles que nuestro comienzo en el trabajo fue bastante movido, con mucho que hacer, desde tormentas a temporada alta en las cabañas. Y en eso, hemos tenido nuestros altos y bajos, pasando por semanas bastante críticas, trabajando más de lo esperado y viviendo todo con mucha intensidad. Así fue que hablamos con Piari y Miki, nuestros amigos y jefes, encontrando acción y reacción, así que estamos con las pilas nuevamente cargadas para continuar acá. 
Éste es un lugar increíble. Consta de la casa principal (donde viven Miki, Piari y sus dos hijos Pele y Teva) y nuestra pequeño departamento que queda debajo de su casa, donde tenemos un balcón con vista alucinante, y la piscina que ya muchos han visto. Además hay 3 cabañas, súper bien mantenidas, con todo el lujo que requieren para lo que cuesta quedarse en ellas. Nuestro trabajo es limpiarlas y prepararlas para cuando la gente llega, llevar el desayuno, la comida, o sea anfitrionar, algo muy entretenido. Además a mí me toca hacer trabajo de oficina (bookings y responder mails) mientras a Cristóbal le toca mantener el jardín. Como se pueden imaginar, siempre hay algo que hacer. 
Por otro lado, nos juntamos siempre que tenemos días libres con Andrés y Evy, vamos a hacer asados al parque, a caminar y hacer picnic en los parques nacionales que tenemos por aquí. Ellos son una gran pareja, de una generosidad abundante, ayudándonos con cada problema que tenemos, recibiéndonos en su casa siempre con unos banquetes increíbles y largas conversaciones. Estamos muy felices de tener a estos amigos tan cerca, son un gran apoyo.
Volviendo a las tareas de nuestro trabajo, contarles que hace dos días fuimos a hacer limpieza en otra casa que tienen Miki y Piari en Byron Bay (se llama Bali in Byron), que también arriendan. Esta es una casa entera de estilo oriental (ambientada en Bali), con mucha vegetación y toda la privacidad para recibir a una familia grande por una temporada. Y bueno, después de limpiar y terminar el trabajo nos subimos a la “wacha” (nuestro auto) y sorpresivamente no quiso partir. Intentamos muchas veces pero no hubo caso, así que lo tuvimos que dejar ahí, y hoy ya contratamos un seguro que justamente cubre estas cosas: si te quedas en pana o le pasa algo al auto mientras estás andando, ellos te  van a buscar donde estés y lo arreglan. Chequeo previo ya le hicimos: Batería no es dice el dostor aquí, probablemente sea el motor de partida. La verdad, vivir acá sin un auto es bastante difícil, porque estamos arriba de la montaña y no hay cómo bajar al pueblo de otra manera (aunque hemos hecho dedo un par de veces y resulta bien, pero para eso hay que tener tiempo). 
Esta tarde, luego de revisar el auto y contratar el seguro, nos fuimos a caminar al parque nacional que tenemos a 5 minutos de casa. Paramos en una lagunita donde Cristóbal nuevamente aprovechó de bañarse sin ropita (algo que practican mucho aquí en la zona) junto a Sammy, el perro de la familia. Llegamos hace un rato, cansados y con ganas de ir a dormir. Aquí van a ser casi las nueve y ya es hora de irse a la cama, aunque no lo crean.
Seguimos en contacto, seguimos recibiendo sus reportes de vuelta, y seguimos juntos para todos lados. Aquí en la montaña se los siente más cerca que nunca.
Antes que se nos olvide. Más abajo van las fotos de siempre y los link para que vean los videos de Bali in Byron y Koonyum Range Retreat, los lugares en los que trabajamos y descansamos.

Bienvenidos a Mullumbimby, el más grande de los pequeños pueblos australianos.

 Driving home on "La Wacha"

 Qué no nos hemos encontrado haciendo limpieza en las cabañas: 
desde ropa interior a packs de cervezas listos para destapar.

Se viene el invierno y el leñador Cristof provee a los 
huéspedes con su calor humano. 

Una mini lagartija con ganas de quedarse en el dedo gordo

 Una mini rana en nuestra ducha. 
Ojo, casi nada es mini aquí, esto es improbabilidad pura. 
Todo es gigante, como se mencionó en el reporte anterior.

 Bali in Byron. Si se quedó con ganas de +, más abajo viene el video

 Josefina, Leo y toda la amistad de un buen asado en Brunswick.

Cristof, un hippie más de Mullumbimby junto a Sammy 
bañandose en una parada del Jerusalem National Park.

El link para el video de Bali in Byron
http://vimeo.com/61162260

Y el link para el video de nuestra casa, en Koonyum Range Retreat
https://vimeo.com/61162261