El relato quincenal se nos fue a las pailas, y es que
cuando baja la ansiedad y crece el vínculo con Mullumbimby pareciera que está demás actualizar el diario
de viaje. Pero no lo está. No solo porque su origen ha sido establecer un puente mágico con la
familia y los amigos que tanto queremos en Chile, no solo porque sirve de
estímulo para que alguno de ustedes se reporte, o para que el día de mañana
podamos leer esta bitácora y recordar tantas anécdotas que de lo contrario se
volarían con el viento, junto a los dientes, el pelo y vaya usted a saber qué
otra cosa más. Es, por sobretodo, una buena manera de recordar cuan generosa ha
sido la vida con nosotros, un recordatorio para estar siempre agradecido de
Dios y su creación.
La verdad es que nunca habíamos experimentado una
manera de ser y de estar en el mundo tan plena. A la naturaleza desbordante de
Mullumbimby se nos han sumado valiosas amistades. Tenemos muy buenos amigos y
distintos: Andres, Evy, Miki y Piari ya los conocen por cuentos; ahora se
integran Nicola y Sherrie, nuestros nuevos camaradas hippies de Mullumbimby (él
Italiano y ella Australiana); a menos de dos horas Nico Larraín y María Vial
nos reciben con mucho cariño en Brisbane, y la lista sigue, quizá con mi mejor amiga y querida Jose.
El trabajo es otro regalo. A pesar de los
contratiempos que alguna vez pasamos (y que por el carácter y la intensidad de
estos personajes seguiremos pasando) es un verdadero lujo estar aquí. Hoy,
barnizando las terrazas de las cabañas me acompañaban cantando los Kookaburras,
aves del reino de los kingfishers como nuestro querido Martín el Pescador.
Pincelando, contemplando este horizonte que no cansa nunca, mirando el mar como
telón de fondo entre las montañas, pensando en la vida de Robinson Crusoe (que Jose
y yo leemos por las tardes) no me deja otra salida que volcarme hacia lo
divino, abrir los brazos en forma de agradecimiento, pero también de entrega,
porque cuando la vida te regala tanto no queda más salida que regalar tu propia
vida para esto que se parece a la belleza, el bien y la verdad en un pueblito
perdido en el mundo.
Los queremos mucho a cada uno de ustedes, y hasta
cuando sea que nos volvamos a encontrar, decirles que estarán muy cerca de
nosotros, porque en nosotros viven. Les deseamos lo mejor!
Ahora es mi turno. Después de las palabras de
Cristóbal, que representan los sentimientos de ambos, me centraré más en los
hechos que han acontecido estas últimas semanas. Comenzar por contarles que
acá, gracias también a las costumbres de la gente de Mullumbimby y otros
factores, hemos ido cambiando nuestra dieta a una más saludable y orgánica. Acá
está mal visto comprar la fruta y verdura en Woolworths (equivalente a Lider de
Chile), porque en este pueblo se apoya principalmente a los “farmers” locales,
y hay una conciencia muy fuerte con eso. Por lo mismo, intentamos comprar en
los locales de vegetales o en los markets (ferias) que generalmente se hacen
los fines de semana. Y nosé si será algo meramente psicológico, pero nos
sentimos mejor, comiendo más sano. Como ejemplo, mi desayuno de todos los días
consiste en: avena (que la noche anterior dejo remojando en jugo de naranja),
fruta picada, mix de semillas y nueces, y yogurt natural. Todo mezclado y
mmmmm!! Se los recomiendo 100%!! Jaja. Y complementando este cambio en la
dieta, salimos a caminar al parque nacional que tenemos a 100 metros de nuestra
casa, además de que comenzaremos a ir a clases de yoga 1 o 2 veces por semana
los dos juntos. Asique por lo que pueden ver estamos disfrutando no sólo el
lugar sino también lo que éste nos ofrece.
Estas semanas, que ya están empezando a ponerse
frías, aprovechamos los últimos rayos calientes del sol y hemos ido mucho a las
playas. Encontramos una en Byron Bay que nos encanta.
Por otro lado, anoche volvimos de una visita a
Brisbane que les hicimos a nuestros amigos Nico y María. Estuvo genial, llena
de paseos por la ciudad, caminatas, una comida exquisita en la noche, y buenas
conversas. Visitamos el Mount Coot-tha, un cerro con senderos muy bonitos, que
terminó con una visita a los jardines botánicos. Luego nos tomamos el CityCat
(un ferry que va por todo el río que cruza Brisbane) y nos bajamos en South
Bank, donde se encuentra una playa artificial en medio de la ciudad, aunque
obviamente con muchos más recursos que la de Lavín. Después de volver a la casa
de Nico y María, ya de noche, nos subimos a nuestra “Wacha” y partimos de
vuelta a nuestra casa, sin saber que no llegaríamos con tanta facilidad. La
pobre Wacha no dió más y se apagó justo cuando tomamos la salida de la
carretera para entrar a Mullumbimby. Por suerte tenemos contratado un seguro de
asistencia en carretera y llegaron a ayudarnos a los 10 minutos, arreglando el
problema y pudiendo finalmente llegar muy tarde a dormir. Así, hoy nos
levantamos para partir otro día de trabajo, y esperando ver qué nos traerán las
próximas semanas en este lugar tan sorprendente.
Los seguiremos poniendo al día y esperamos que la
misma energía que nos acompaña a nosotros, los acompañe también a cada uno de
ustedes en sus respectivas actividades. Los queremos mucho.
Gumtrees desde la perspectiva de un daltónico
Brunswick Market un sábado por la mañana
El Cristof tocando su nuevo instrumento
Nuestro diario amanecer
Jose, Nicola, Dante y la piccola Aurora en Brunswick Beach
Robinson Crusoe en Byron Bay Beach
Byron Bay Beach
Cuando la lluvia juega con el sol....
De izq. a der: Jose, Nico, Cristof, Pedro y María
En los Botanic Gardens de Mount Coot-Tha
Botanic Gardens de Mount Coot-Tha
White Ibis
En los Botanic Gardens
En el City Cat con la sonrisa a flor de piel
Heading South-Bank
La famosa playa artificial! Y con Salvavidas!!
Pana (alternador) llegando a casa. En 5 minutos asistencia y en 25 ya nos íbamos con el auto arreglado...Acostumbrarse a lo bueno no cuesta nada, se los prometo!