Sale un nuevo
reporte desde Melbourne, una ciudad de
clima tan intermitente como nuestros corazones: a veces gris y lluviosa, de
tardes llenas de nostalgia y silencio que contempla lo recorrido, tardes de vientos arrasadores, que lo
acaparan todo, hasta la lluvia que no cae sino transita. Así pasamos los días inclementes,
contemplando, leyendo, acompañándonos en la fragilidad que nace al borde de esta isla. Aunque la línea que separa el abismo de la grandeza es delgada. Todas las líneas son
delgadas. Y entonces, acá como llueve solea; los grises se colorean, la vida de súbito se
manifiesta y los árboles bailan a pelo suelto, y los pájaros se le ponen
a cantar con locura. En cosa de segundos, por nuestra ventana, entran espadas
de luz que levantan a las flores, seca las lágrimas y tiñe de colores todos los
rincones. Él es el padre sol, poderoso, que cuida de su muchacha Melbourne, una cabra loca, una llorona triste pero también una chiflada gozadora. Una
mujer intensa para decirlo en corto. Y ella es especial, no le da la
espalda a nadie, es acogedora, baila con todos y con ninguno. En la superficie se
impone con lujuria, con arquitectura vanguardista, con el pop art y sus rascacielos disparados como plantas metálicas. Tiene
presencia, identidad y discurso, y no necesita decir que es la mejor
ciudad del mundo, porque si lo dice ya no lo es. Pero Melbourne ya no es la
misma cuando sales de la superficie, le regala sorpresas al turista que se
transforma en viajero, o al extranjero que se va mezclando con los residentes.
Y esa ha sido para nosotros su exótica belleza, pues en los callejones detrás
de la avenida oficial te encuentras con su vida alternativa, con las paredes pintadas de
grafitis, con sus bares subterráneos, las luces rojas, el aura funk. ¿Cómo no estar contentos cuando las ratas te
invitan a su escondrijo y te cuentan esas historias marginales de la ciudad?.
Nuestra casa, ambientada de oriente, es la guarida. Lluvia y sol; inclemencia y
templanza; lo oficial y lo alternativo. Melbourne da como para quedarse por dos
años y jugar.
De Jose y
Cristof mucho se puede contar. Ambos transitan en el claroscuro, pues los dos
habitan está híbrida ciudad. A ambos les queda tiempo, pues viven la vida cada
vez con más sencillez. Se entretienen haciendo puzles, recogiendo cosas de la calle (o shopping nocturno), practicando yoga, siempre se levantan juntos, corren
para preparase un completo desayuno. Les gusta revisar el facebook, ponerse al
corriente, comparten el celular, no tienen televisión, toman mucho mate, y
cuando no hay mate, juegan a otros juegos. Invitan a amigos, hacen pizzas, ven muchas películas
en el proyector, les encanta escuchar música y leen todos los días. Ellos no
pueden dejar de hacer todas esas cosas juntos, no ahora que cada uno agarra su
bicicleta y se desvanecen como unidad.
Josefina, intensa como Melbourne, se ha reencontrado con su oficio, integrando también otros más. Ella está enloquecida con la permacultura, con el cultivo orgánico, con la vida sustentable y la vida animal. Se la pasa recortando animales para desarrollar nuevas formas en sus collages y trabajar también con ellos los días jueves junto a los niños del jardín. En la casa ha montado un huerto vertical, una maravilla que se armó sobre un pallet y que ahora, perdonen la soberbia, es la envida de toda la vecindad. Jose está preciosa, tiene en casa nada menos que dos mil mascotas. Son gusanos que van descomponiendo la materia orgánica y la transforman en tierra fértil y poderosa orina. Así se riegan las plantas y llena de vida este lugar.
Josefina, intensa como Melbourne, se ha reencontrado con su oficio, integrando también otros más. Ella está enloquecida con la permacultura, con el cultivo orgánico, con la vida sustentable y la vida animal. Se la pasa recortando animales para desarrollar nuevas formas en sus collages y trabajar también con ellos los días jueves junto a los niños del jardín. En la casa ha montado un huerto vertical, una maravilla que se armó sobre un pallet y que ahora, perdonen la soberbia, es la envida de toda la vecindad. Jose está preciosa, tiene en casa nada menos que dos mil mascotas. Son gusanos que van descomponiendo la materia orgánica y la transforman en tierra fértil y poderosa orina. Así se riegan las plantas y llena de vida este lugar.
De Cristof
también se puede decir algo, el tipo ese se ha disparado con la oportunidad de
estudiar acá. Hablando con él, un día me comentaba lo contento que
estaba. Pues es muy lindo lo que le sucede, también intenso, también
intermitente como esta ciudad. Cristof se ha enamorado de sus estudios, ha
estado muy enfocado en el cómo y ya no tanto en el qué. Lee con alegría,
participa de las clases como nunca antes, ve películas, contempla, arma un
puzle con piezas del cine, la sociología, los viajes, muchos testimonios de la
vida del hombre y de la vida animal. Desarrolla tantos pensamientos como
gusanos se reproducen en nuestro hogar. Debate con los amigos y a la pobre Jose
ya la tiene loca con el término de la post-modernidad. Y es que desde esa nueva
epistemología Cristóbal ve el mundo: uno donde la razón ha perdido el centro
para integrar otras pasiones y discursos, una con la que deconstruye lo"real"y
cuestiona esa cansada historia oficial.Luego de tanto nadar, comprende cómo dignificar la vida, como lidiar con voces añejas y aburridas
que solo lo hacen llorar. El respeto, que nunca encontró en otra ciudad, ha
sido la fuente para este renacer más bien espiritual.
Este ha sido
nuestro reporte, una ficción tan imaginaria como la realidad. Y lo escribimos
en este día tan lleno de luz. Luego de los 40 días de cuaresma hoy Cristo ha
vuelto a renacer en el hombre, y el sol ha vuelto a aparecer con sus espadas de
luz.
Los queremos
mucho familia y amigos. El cariño que les guardamos ha sido quizá la clave para
entender la vida como una gran oportunidad. Gracias por su vibra, que es su
energía.
PD: algunas fotos están acostadas, no hemos podido descifrar cómo darlas vuelta!
Panorama de viernes por la noche
Jose jardineando en su "veggie garden"
Hasta ahora creciendo: ciboulette, cebollín, tomillo, rúcula, menta, frutillas, salvia y perejil
Experimentando con raíces y plantas
Casita para nuestros gusanos. Ahi pillamos a algunos durmiendo.
Así de cool estamos
Nuestra pieza de estudio/taller de Jose
Hace una semana nos regalaron esta cama, antes era sólo el colchón en el suelo
Nuestro altar
Así va quedando el living. 100% reciclado. Todo ha sido recogido de la calle (menos las cosas que nos trajimos de India, como el paño de Ganesh y la alfombra)
Tomando nuestro desayuno junto a la Diosa Kali
Inaugurando nuestro proyector con "Viaje a la Luna"
WELCOME TO MELBOURNE
Uno de los tantos edificios de la Universidad de Melbourne!
RMIT: otra universidad bien vanguardista
Graffitis en las calles de Melbourne
La ciudad empieza a mostrar su identidad
En el National Gallery of Victoria
En el National Gallery of Victoria
Edificio del canal de televisión SBS
Entrada a ACMI (Australian Centre for the Moving Image), donde hay una exposición de Dreamworks
Federation Square, Melbourne
Vista de la ciudad
Vista de la ciudad